vendredi 5 décembre 2008

Itinario interior o viaje a los pájaros prohibidos




II


Desde nuestro puesto de vigías veíamos el día.


Salía del vientre de las montañas como un recién nacido.


Él solo.


Sólo él traía canciones en los brazos.
.

jeudi 4 décembre 2008

Veleros


"Velero, bonita palabra..."


(Pamela Bram)





Velero: mitad pájaro, mitad pez.


Y el mar.



mercredi 3 décembre 2008

Poetas de hoy : Isla Correyero, proveedora de azules


Carta a Isla Correyero para presentarme



No te conozco, no te conoceré y no me importa, porque lo dicho ya está dicho. Después de leerte, el coño ya no es coño, es laguna. El azul es más azul que nunca, porque es negro y azul y blanco y añil, índigo también, ciego, marino, dolor y océano.



En el túnel grave de los días fluye de tu poesía un mar azul, con luces como clavos que se hunden en la carne.
Duelen como cielos.
.
Por especial decreto desde estos páaramos te nombro poeta azul, en compañia de mi mismo y otros varios (Rosa, Pamela...)



Caminante K




*




Isla Correyero nació en Miajadas (Cáceres) en 1957. Estudió periodismo y cinematografía en Madrid. Es guionista de cine y televisión.Representa la vertiente social y reivindicativa de la poesía de la experiencia. Su lenguaje cruel, en ocasiones, y directo hace de sus poesías auténticos disparos poéticos. Isla Correyero eleva la poesía coloquial a testimonio del mundo que la rodea. Profundamente consciente de su género y lo que ello supone, hace una poesía sin concesiones, radicalmente nueva, cuyos contenidos son absolutamente actuales.




(poemas y notas sacados de la red, salvo Carta)



Poemas de Isla Correyero





17 de diciembre de 1993



Cuando paso por los pasillos limpios de ginecología

veo a las mujeres desnudas y sin pechos sobre las

blancas camas.




Todas vivas aún bajo la malvada inocencia del cáncer,

rodeadas de flores y pasteles se disuelven en la luz

de la tarde

mientras la masa indefinida de la enfermedad va

creciendo como miles de seres sin conciencia y sin frío.




Mi oscuro corazón de cansada enfermera va cerrandolas puertas
de sus habitaciones.




La muerte sigue también detrás de mí.



Una mano me alcanza: Señorita.




(De: Diario de una enfermera)





El perturbado...


El perturbado camina por el pasillo con una vela en

la mano. Entre la velocidad y la luz de su paso se

ven sus lágrimas azules.


Desviado del mal su voz es indefensa.


Rodeado de moscas blancas, encerrado en su círculo,

camina toda la noche por el hospital,

mientras la cristalina luz de la inocencia le protege.






Embrión


Es un embrión varón el ser que extrajeron los médicos.


Sabemos que crecerá con una luz violeta en unamáquina y que su madre vendrá todos los días.


Sabemos que el corazón pequeño del durmiente estáagitado como una nube negra y que se chupa el pul-gar y juega con los líquidos.


Tiene un ojo sin párpado con sueños estelares y cen-tellea su piel como la de los peces.


Sabemos que domina el blanco en su cabeza y unmanantial azul resuena en su cianosis.


Sigilosamente, alguien desconecta la máquina y la luz.


Ha muerto dulcemente envuelto en unas heces másnegras que la tinta.


Su madre la ha traído un pañal y un trajecito de hombre.






Terciopelo azul



Mi coño eleva el conocimiento que tú le has enseñado.

La velocidad y el violento latido de una horca.

Mi coño alimentado por una boca física tiene el oficio azul de ser frágil y exacto.

Flexible y religioso, mi coño es la pirámide de un resplandor de oxígeno que se pone mis bragas.

Tiene quinientos años de elegancia y de músculos batidero de sangre volada de partículas.

Fluye con tabaco, la cicuta y el whisky, tiene chispas de plata, monedas de cerveza.

Con tu estremecimiento causas en mí palabras que dicen deserciones y dulces animales.

En tu lengua me dices cosas extraordinarias, se me llena la oreja del ardor de los fósforos.

Pasa todo a mi coño, se forman las arrugas, aprende, coronado cómo abrirse las venas.

Tan despierto y profundo como un túnel en llamas, llega al centro, al tugurio de un burdel que se mueve.

Es un párpado oliendo tu medida en centímetros, el aceite de un arma, con una bala de oro.

Extremaución del vértigo que crece en los amantes, mi coño es un estado mental de luz y sombra.

Suda como una sábana. Palpita como un trago. Es móvil terciopelo azul. Báilalo lento.

Por la muerte.

Jode la tristeza.






Mi coño azul



Mi coño es negro como carbón

evaporado. Pero se vuelve azul a la luz

de la tele y de la luna.

La característica más peculiar que

explica su color y su formaes

que tiene circulación lenta y

estremecida que va navegando hacia la

tinta de las venas y se abre al desamparo

de mi dormitorio como si

comprendiese que un dedo impenetrable,

masculino,

no pasara por él ni por las sábanas.S

ería una esperanza considerar

que sobre mi coño solitario aún pueden

caber volúmenes remotos

o

un pañuelo azul que penetrase las dos

mitades húmedas y abiertas y así pasar

esta tela azul, ensangrentada,

quedándose,

rompiéndome

porque mi coño ya es invencible,

mi enemigo.

Aislado del amor

cualquier coño es violento.


(De su libro: Mi coño azul)





*


Las medias blancas

.

Tengo unas medias blancas de encaje que me pongo

cuando me visto el traje negro de los recuerdos.

Son unas medias finas, hambrientas de fantasmas

que hacen juego con pájaros interiores, oscuros.

Las piernas, penetradas por estas bocas blancas,

levemente se abren con signos vegetales.

Los hilos amanecen mi piel,

brotan, perdiéndose,

entre los elevados pensamientos más íntimos.

En derredor: imágenes de ocupación pelviana,

soberbias latitudes desde el puente atestiguan

la entraña y las enaguas levantadas al vuelo.

¡Qué holgada está la tela de la falda de flores,

la rodilla suavísima con olor a naranjas!

Por los muslos se agrandan los dibujos henchidos,

son copos invisibles calcinando altas cumbres.

Me infunden sobresaltos, me clavan dulces flechas,

tan finas son las mallas que saltan los engarces

y hasta el ocre desierto los poros me rezuman

feroces destinos, presagios entreabiertos.

Siento flores y manos crecer entre las piernas

y más arriba el musgo

tapando el azulón vellón de la albufera.

No podía ponerme estas medias sabiendo

la gracia que se esconde, generosa en tu boca.

Espomosas persisten, sin causa me rodean,t

emibles de tu roce, sin fatiga,

explorando.

De: El monte de las delicias

.

Poesía erótica femenina en español, Barcelona

.

A setas


Salí una tarde de noviembre a setas.
Glacial caía el sol por mi vestido.
Al fondo, la ciudad, por la barriada
más pobre, azuleaba poco a poco.
Cerca del bosque me encontré a ese hombre
de ojos inmensos tras las turbias gafas
todas las alas bajas de los pájaros
color mostaza, estaban en sus ojos.
Recuerdo su librito y el sombrero,
el anorak azul y su cuchillo,
llevaba el palo al cinturón, la cesta,
casi de colegial, de mimbre blanca.
Entrarnos en el bosque, aquel silencio
malignamente se iba deformando.
En el calor geológico de otoño
se puso vertical la galamperna.
Las hojas rojas con sus pobredumbres
cubrían el suelo de residuos ácidos.
Las ramas destruidas espumaban
el plan fatal que en mí se iba forjando.
Yo no sé en qué momento aborrecible
la criminal acción pasó por mi cerebro.
Pudo ser el olor aquel a carne
mezclado con la noche, ya enfilada.
Sólo sé que sus ojos tras los lentes
eran más bellos, cada vez más grandes,
dos setas ámbar de unos diez centímetros,
más comestibles, más resplandecientes.
Cabizbajo, le di tres golpes secos:
uno en la nuca, dos en la mandíbula.
Cayó, marfil, tornado a mi mirada.
Quise sus ojos, cada vez más fijos.
Los recogí en mi cesta, crudos, frágiles,
envueltos en un kleenex sonrosado.
Salí del bosque; de repente, el mundo,
a soledad, a invierno, variaba.
.
No fluye sangre
.

No he venido a traerte la violencia que habita en mi corazón.
No he venido a mostrarte mis ojos despintados y mi último vestido.
No he venido a distraerte ni a olvidar.
Ni vengo a matarte ni a vivir de tu sombra.
He venido a verte envejecer y a que en tu decadencia me veas como nunca me viste:
Fría, paciente y azul como un cadáver.
.
Del libro Crímenes(Poetisas Españolas de 1976 a 2001- Antología general)



© Isla Correyero

.

Isla Correyero. (Cáceres, 1957). Guionista de Cine y Televisión.Poesía: Cráter, Ediciones Provincia, Cáceres, 1984. Lianas, Ediciones Hiperión, Madrid, 1988. Crímenes, Ediciones Libertarias, Madrid, 1995. Diario de una Enfermera, Ediciones H & F, Madrid, Premio de poesía Ciudad de Córdoba, 1996. La pasión, Ediciones Ex-Libris, Madrid, finalista premio Mundial de Poesía Mística "Fernando Rielo" 1997. Feroces, Muestra de Poesía Radical, Marginal y Heterodoxa, Antología, Edición y Notas a cargo de Isla Correyero, Ediciones DVD, Barcelona 1998.

dimanche 30 novembre 2008

Por faltarme tu sonrisa…


Personajes. Él, ella. Agobio. El calor es sofocante. El café de Elvira esta repleto. La gente pide de beber. Elvira mira uno a uno todos los personajes. Hay algarabía. Niños dibujan, sentados a lo lejos en una mesa. Alguien entra. Parece traer malas noticias. Se hace el silencio. El hombre tampoco habla.

Él (pensativo):


Por faltarme una sonrisa, el tedio entra en mi corazón triste.

(Desnudo y arruinado, libro del mediodía, empujó la reja del jardín.)

Ella (mirándolo):

Náufrago de la vida, mantente en pie, posee.

Ella (prosiguiendo):


Como prestado, corres la cortina de tus párpados, te duermes. Las rodillas apretadas como mandíbulas.

Mil setecientos trece


Personajes. Ella, él. Pensativos. Sentados en la terraza. Intentan ese juego de guarismos. Consiste en separar lo imposible de los sueños.

Ella:

Hay números que parecen objetivos, anodinos.
Y son elípticos, metáforas puras,
Hiperbólicas imágenes de algún destino
Que casi no se nota.
Son cifras que nadie mira, a nadie interesan.
Parecen fechas de batalla
Y no son nada.
Luego desaparecen y la calle se queda desierta.

Él:

Yo siempre pierdo.

Obsesión de la horizontalidad


Pequeña tertulia solitaria en el café de Elvira.


Ya no hay nadie en el café de Elvira.
Ya se han ido las tres comadres de las flores comiendo en el tejado.
Odio a mi sombra por las calles que recorre,
Sus pasos perdidos su confianza en mi su manera incisiva y cruel de no mirarme.
Odio a mi sombra que me sigue o me precede
Cuando duda
Parece sentarse
Porque me espera me exaspera.
No hay nadie en el café de Elvira y solo con mi sombra me apoyo en el silencio y pienso que mañana

Tal vez mañana.

lundi 24 novembre 2008

Sueño sin número (fragmento de Los perros)


para Rosa

Cada sábado a la misma hora
Sueño con íconos estrepitosos.
Soles en forma de cadera.

Y perros con cazadores melancólicos
Orejas de enebrina y silueta fina
Como lobos los bellos lobos de los cuentos.

Los cazadores llevan viseras escocesas
Y botas altas de jinete
Y los perros van vestidos de domingo.

Hay ventisca cortante
Como cuchillas de luz
O cascos de botella.

Hay humedad a cada paso,
Bandas de muertos pájaros,
Abetos de desquite.

Y cada sábado a la misma hora
Soy el mismo soñador solitario
Que sueña con lo mismo y vive mientras sueña.